sábado, 4 de octubre de 2014

El apagón y Cese de alerta


Autor: Connie Willis
Título (dos partes): El apagón y Cese de alerta
Editorial: B de Books
Sinopsis: Universidad de Oxford, 2060. Los viajes en el tiempo son habituales entre los historiadores para investigar el pasado. Tres jóvenes historiadores son enviados a la Inglaterra de la década de 1940 para conocer la época de primera mano. Polly Churchill se desplaza hasta Londres en pleno bombardeo nazi para observar las vidas de las empleadas de unos grandes almacenes. Mike Davies se hará pasar por periodista norteamericano para cubrir la evacuación de Dunquerque. Y Eileen O’Reilly entrará a formar parte del servicio de una finca de Warwickshire a fin de observar los numerosos grupos de niños que llegan evacuados de Londres. En principio, nada se sale de lo meramente rutinario. Pero al llegar a sus destinos, los historiadores advierten que han errado el momento de arribo no por unas pocas horas (como es habitual), sino por varios días. Pronto resulta evidente que está a punto de suceder un tremendo desastre que podría perturbar tanto el pasado como el futuro.

 

Empecé a leer esta bilogía (o, mejor dicho, enorme novela partida en dos) con ilusión, ya que desde hace tiempo soy fan de Connie Willis y he disfrutado con varias de sus novelas, como El libro del día del juicio final u Oveja mansa. Sin embargo, el resultado ha estado bastante por debajo de mis expectativas.

Es bien conocida la capacidad de esta autora de llenar páginas y páginas de forma amena sin que ocurra realmente nada importante. Sin embargo, en esta ocasión creo que no lo ha conseguido, ya que la longitud de la obra (más de 1200 páginas) es desproporcionada para lo que se relata.

El argumento, valorado en su conjunto, es coherente y está bien hilado, siempre teniendo en cuenta que una historia de viajes en el tiempo conlleva contradicciones insoslayables. La autora transmite muy bien la angustia y los sentimientos de los personajes. El final me ha gustado, todas las subtramas quedan bien engarzadas y se resuelven todos los enigmas.

Otro aspecto positivo es la interesante descripción de la vida en Inglaterra durante los momentos más críticos de la Segunda Guerra Mundial, a través de los ojos de los personajes.

Sin embargo, el punto débil del relato es su excesiva longitud, que hace que resulte pesada de leer. El texto es repetitivo hasta la saciedad, una y otra vez se describen vivencias, problemas y pensamientos similares, lo que hace que la mayor parte del tiempo la narración permanezca estancada. En algún momento estuve a punto de abandonar el libro.

En definitiva, ésta es una novela de un nivel inferior al de otras obras de la autora, aunque, de haber tenido una extensión adecuada (300 o 400 páginas a los sumo), habría mejorado bastante.