Título: Un mundo invertido
Autor: Christopher Priest
Editorial: La Factoría de Ideas
Género: Ciencia ficción
Esta novela ha supuesto
para mí una reconciliación con Christopher Priest. ¿Por qué digo
esto? Porque tras quedar fascinado con la lectura de El prestigio,
la primera novela que leía de este autor, las siguientes lecturas
(La afirmación y El último día de la guerra) no me
dejaron un buen sabor de boca. Ya sé que La afirmación es
una de las obras mejor valoradas de Priest, pero a mí no me llegó a
interesar lo suficiente.
¿Qué
encontramos en Un mundo invertido?
Encontramos una novela bien estructurada, coherente, con un personaje
principal bien definido que va evolucionando con el relato. El ritmo
de la narración es pausado, que nadie espere una novela trepidante y
llena de acción. Sin embargo, desde el principio el lector se ve
envuelto en un misterio que empuja a seguir leyendo para descubrir
qué se esconde tras el extraño mundo de una ciudad que se va
moviendo sobre raíles a una velocidad de kilómetro y medio cada
diez días. A través de los ojos de Helward Mann y de su aprendizaje
como miembro del gremio del futuro vamos descubriendo las extrañas
peculiaridades del mundo invertido y la forma de vida en la ciudad
viajera. Como yo soy matemático, me ha resultado curiosa la
explicación hard del
mundo invertido a través de un función hiperbólica.
El
final es completamente cerrado y resuelve por completo todos los
enigmas. Por poner un pero, quizá la parte del desenlace es algo
abrupta y se podría haber alargado algo más. Además, me hubiera
gustado saber más de Elisabeth Khan, un personaje quizá tan
importante como el principal, pero del que no se cuenta demasiado.
En
conclusión, Un mundo invertido es
una novela que me ha gustado bastante. No tanto como El
prestigio, creo que está un
escalón por debajo, pero sí lo suficiente para considerarla como
una lectura gratificante y recomendable.